Se acerca un año más del 25 denoviembre el día que nos convoca Contra la Violencia de Genero. Una
vez más serán múltiples los actos que se celebren a lo largo y
ancho no solo de nuestro país sino en todo el mundo. Un día
tristemente necesario ya que las cifras entorno a la violencia
ejercida contra las mujeres son escandalosas. Solo en el último año
en España han sido asesinadas 44 mujeres, solo nueve de ellas habían
presentado una denuncia contra su agresor, en los 28 casos restantes
las victimas convivían con el que fue su asesino. Una cifra a
escandalosa teniendo en cuenta que este 2017 está siendo
especialmente trágico entorno a estas muertes y tremendamente cruel
con los asesinatos a menores producidos en el entorno del hogar 8 en
total. Niños y niñas asesinados con el único fin de propinar dolor
y sufrimiento a sus madres, un extremo cruel y ruin, que lleva a
sesgar la vida de estos pequeños en manos de sus propios padres.
Entre tanto vemos como se celebra a
puerta cerrada un juicio, por violación a una chica por parte de un
grupo que se autodenominaban “La Manada"
Del mismo solo se sabe lo que cuentan
los abogados de ambas partes al concluir cada día la sesión. Es
tremendo ver como se cuestiona una y otra vez a la víctima. La
manera en la que juzgan su vida, su día a día después de sufrir un
hecho tan deleznable, el continuo cuestionamiento, que se hace a si
ella dio consentimiento o no a mantener relaciones con 5 chicos.
Cuando nadie le plantea a un chico que va a poner una denuncia por
que le pegan una paliza, si se resistió o si se dejó pegar con
total consentimiento, no le preguntan cómo iba vestido, si había
bebido, que actitud tuvo al día siguiente, si él estuvo provocando
a los agresores, si tomo unas copas previas con ellos o si disfruto
mientras le golpeaban. Todas estas cuestiones se quedan para mujeres
en caso de violación y no plantean que la ya famosa frase: “No esno” es eso la negación a mantener ningún tipo de relación sea
cual sea lo que anteceda a la misma.
Vivimos tiempos complejos donde cuesta
pensar que en los últimos años en lugar de avanzar a hacia la
igualdad real y el respeto se vaya en la dirección contraria. En
todo el mundo se vive una situación muy dura y compleja que se
presenta de diferentes maneras todas ellas trágicas para quienes la
padecen. La trata de mujeres, con sus correspondientes mafias, la
violencia sexual, económica, psicológica, el acoso, la mutilación
genital… son graves violaciones de los derechos humanos que afectan
al 70% de las mujeres de todo el mundo, según un estudio de O.N.U.
Con todos estos datos y cifras no nos
queda más que salir a las calles y reivindicar medidas contundentes
que luchen para erradicar esta lacra a nivel nacional e
internacional. Es hora de no callarse y decir claro lo que pasa en el
mundo. Dar cifras reales con nombres y apellidos que reflejen la
verdadera realidad en la que vivimos y a la que ni podemos dar la
espalda. Para superar esta dura situación será necesario cambiar
muchas cosas pero sobre todo asumir que desde la educación es donde
se inculca el respeto y la igual real. No quiero fotos con lazos
morados en la solapa o políticos tras pancartas en manifestaciones.
Es hora de tomar este asunto en serio. Aunque al menos ya hay un
inicio de camino con el reciente Pacto de Estado que se aprobó en el
Congreso de los Diputados. Ha llegado el momento de aplicarlo. De que
se desarrolle con un presupuesto adecuado, dontandose de las
instituciones y a quienes trabajan contra esta gran lacra de la
violencia de género de todos los medios necesarios para poder acabar
con ella. Eso sí el 25N volvermos a vernos en las calles. Para
reivindicar lo que de sobra sabemos que es necesario.
Encarna Vargas.
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